Compilador: Rodolfo Lara Lagunas**
Villahermosa, Tabasco, noviembre de 2022.- “Mi conturbado espíritu se regocija con la visión de un porvenir en que no habrá un solo hombre que diga: Tengo hambre; en que no haya quien diga: No sé leer; en que sobre la tierra no se oiga más el ruido de cadenas y cerrojos”. Ricardo Flores Magón.
1.-Teodoro
Una noche Teodoro subió a la azotea con sus tres hijos, Jesús, el mayor, Ricardo y Enrique. Ahí les dijo: -En Teotitlán, Oaxaca, todo se posee en común. La tierra es de la comunidad entera. Entre nosotros no hay ricos ni pobres, ni ladrones ni mendigos, como ocurre aquí en México. Aquí en la capital vean el miserable estado de los obreros. Trabajan 12 horas diarias al día en una sucia fábrica ¿y qué ganan? 25 centavos diarios, 75 si son especializados. El campesino trabaja de sol a sol y le dan 12 centavos, un poco de maíz, un poco de frijoles y algunos latigazos del capataz.
2.-Que no les robe su hombría.
Andando el tiempo, Enrique- el menor de los hermanos-obtuvo el primer lugar en la escuela y asistió a una ceremonia de premiación. El presidente Porfirio Díaz, dotado de una memoria prodigiosa, recordó su apellido.
-Flores… ¿no es tu padre el teniente coronel Flores?
-Sí, señor.
Dile que venga a palacio o a mi casa. Me daría mucho gusto recibirlo. Es un hombre sobresaliente- le dijo, dándole diez pesos y una bolsa de dulces.
El chico le llevó la invitación, pero el Tata (padre) comentó:
-Ese hombre nos engañó. Fuimos a la revolución por él; muchos murieron en campaña y otros más salieron heridos y mutilados para elevarlo al poder, y una vez encumbrado hizo todo lo contrario de lo que ofreció.
Como político chicanero y sinvergüenza que es asesinó, se reeligió y hasta se puso al lado de los frailes. ¡Y busca ahora comprarnos! ¡No voy! ¡Yo no voy!
Teodoro cayó enfermo de pulmonía. Agonizante le dijo a su esposa Margarita Magón:
-Pude haberte dado muchas cosas buenas y sólo te di pobreza y te dejo en la pobreza. Por ello te pido perdón. No podía hacerlo de otro modo sin dejar de ser un hombre. Y ustedes-añadió, dirigiéndose a sus hijos- dejen de llorar y óiganme. No permitan que el tirano les robe su hombría. Recuerden siempre que son hijos del soldado que sirvió a Benito Juárez con honor en la causa sagrada de la libertad. Recuérdenlo.
3.-La primavera estudiantil de 1892
Díaz preparaba en 1892 su segunda reelección como presidente de la república. Hacía 16 años que, a través de una revuelta armada había tomado el poder. Durante este tiempo el dictador aplastó toda disidencia. El silencio criminal fue roto por los estudiantes. Con ello comenzaba la primavera de 1892. En las calles se convocaba al pueblo a impedir la reelección del tirano. Finalmente, clubes estudiantiles y de obreros organizaron una manifestación contra la reelección el 16 de mayo de ese año. Más de 15 mil personas formaban la comitiva.
Al día siguiente la dictadura, con campesinos y burócratas acarreados, organizó otra manifestación a favor de la reelección. Desde los balcones una lluvia de pambazos, tortillas duras y desperdicios alimenticios cayó sobre los hambrientos peones procedentes de las haciendas. Para sorpresa de todos se vio a los peones agacharse a recoger y llevar a la boca aquella lluvia alimenticia. ¡Los habían acarreado sin desayunar!
De la burla se pasó a la indignación popular. Surgieron los oradores entre el público. “Comenzaba yo- afirma Ricardo-a dirigir al pueblo un discurso de protesta cuando fui encañonado y hecho prisionero por la policía. “Tenía yo entonces 17 años y cursaba el quinto año de preparatoria. Mis camaradas me informaron que también mi hermano Jesús había sido arrestado.” Decenas de estudiantes y ciudadanos fueron encarcelados.
La noticia del arresto de los estudiantes y su probable asesinato por la noche conmovió al pueblo. Esto provocó movilizaciones para defenderlos. “La multitud se armó de cuchillos, palos piedras para rescatarnos por la noche.” Las caballerías recorrían, sable en mano, las calles. Las batallas callejeras se multiplicaron. “La sangre de oprimidos y agentes opresores rubricaba el asfalto de las calles”. La protesta popular salvó a los estudiantes esa noche.
Se nos encerró-cuenta Ricardo-en el departamento donde se hacinan a los mendigos que infestan la ciudad. Había ahí leprosos, tísicos, sarnosos, cojos, mancos, tuertos, ciegos, sordos, mudos, un espantoso depósito de carne enferma que chorreaba pus y mugre. Los tuberculosos tosían. Las moscas zumbaban. Un vapor espeso y fétido mareaba a los más fuertes…Yo envidiaba a los ciegos, siquiera no veían tanta miseria.”
4.- ¡Mátalos en caliente!
El 7 de agosto de 1900 nació “Regeneración”. Enrique escribió, al cambiar el lema del periódico, un artículo que cimbró a la dictadura:
“Para mucha gente el presidente Porfirio Díaz es un enigma. Se preguntan por qué hace gala de tanta severidad a cada rato. Nosotros creemos que es un rasgo hereditario. Piensen ustedes en su padre, Chepe Domador de caballos, los que no podía domar los mataba. A otros los castigaba con una estrella de acero en la punta del látigo. Deliberadamente les pegaba en el vientre, que, como ustedes saben, es la parte más sensible del animal. De este modo se divertía el progenitor del presidente.”
“Noten ustedes las manifestaciones de este rasgo hereditario en su hijo cuando era niño. Su hermano Félix, por ejemplo, lo hacía enojarse con alguna disputa. Pacientemente esperaba a que Félix se hubiera dormido. ¿Qué hacía entonces el niño Porfirio? Le llenaba las fosas nasales de pólvora y le prendía fuego con un fósforo. La desfiguración consecuente le valió a Félix el apodo de “Chato.”
“El pequeño Porfirio llegó a presidente. Nombró a Chato gobernador de Oaxaca. Chato era borracho y calavera. Lo mataron por los ultrajes que cometió contra los habitantes de Juchitán. Lo que siguió dos semanas después fue una tragedia. Estaban los habitantes del pueblo escuchando en la plaza el concierto vespertino de la banda municipal, y comentando la presencia de los soldados que el presidente había enviado a Juchitán. De pronto se oyó una orden, a la que siguieron descargas y más descargas de fusilería. Hombres, mujeres y niños, todos cayeron muertos o heridos. Cuando ya no quedó ni uno en pie cesó el fuego.”
Otro hecho: “Había empezado un movimiento para reelegir a Lerdo de Tejada, quien había huido a los Estados Unidos al apoderarse Díaz de la presidencia. De repente nueve de sus jefes fueron arrestados en Veracruz en junio de 1879. El gobernador Mier y Terán le preguntó a Díaz qué debía hacer con ellos. Mátalos en caliente, contestó con palabras que la historia no ha olvidado.”
5.- ¡Hablemos como hombres!
El 5 de enero de 1901 Ricardo asiste al Teatro de la Paz de San Luis potosí, donde se efectúa el Congreso del Partido Liberal, fundado en 1900. Después de la intervención de varios oradores le toca el turno a Ricardo, quien entonces tenía 25 años. Esto dijo:
“¡Lo que hay que atacar es el gobierno de Porfirio Díaz. No es más que una madriguera de ladrones!”. En las galerías estalló una tormenta de chiflidos. Con los puños cerrados, Ricardo se adelantó en la plataforma. Cesó la rechifla. Entonces rugió: “¡Porque el gobierno de Díaz es una madriguera de ladrones!” De nuevo se oyó una rechifla ensordecedora, junto con gritos de traidor, ¡échenlo! Pasó una piedra rozándole la cabeza. Ricardo, levantando el puño, con los ojos
echando fuego, volvió a repetir: “¡Porque el gobierno de Díaz es una madriguera de ladrones!”, y al decirlo por tercera vez dio un puñetazo con la mano derecha que se oyó en todo el teatro.
El efecto que esto tuvo fue como el de una descarga eléctrica. Entusiasmado por su vehemencia y su valor el público estalló en una salva de aplausos. Cuando cesó, Ricardo continuó. “¡Hablemos como hombres!” Y prosiguió denunciando todas las injusticias cometidas por la dictadura.
6.-Prefiero verlos colgados
Al regresar a México, estando en las oficinas del periódico “Regeneración”, Ricardo y Jesús fueron detenidos por la policía, siendo enviados a la cárcel de Belén. La salud de su madre empeoró. Unos amigos pidieron a las autoridades que permitiera a los hermanos visitarla, bajo vigilancia policiaca, en su lecho de muerte. Doña Margarita dirigiéndose a su hijo Enrique expresó: “Diles que siempre les tuve presentes en mis pensamientos y en mis oraciones”…”si salen con vida de ese lugar horrible.”
Un desconocido llamó a la puerta y preguntó si ésa era la casa de la señora Flores Magón.
Enrique lo dejó entrar.-“Señora Flores Magón, dijo, tengo el honor de hacerle una propuesta de parte del presidente don Porfirio Díaz.
El presidente le promete, sobre su palabra de honor, que en menos de media hora sus hijos quedarán en completa libertad. No hay más que una pequeña condición que cumplir…El presidente sólo quiere que le pida usted a sus hijos, como última voluntad, que dejen de atacarle.”
Doña Margarita, con voz tranquila, respondió: “Dígale al presidente Díaz que escojo morir sin ver a mis hijos. Y lo que es más, dígale esto: prefiero verlos colgados de un árbol o en un garrote a que se arrepientan o retiren nada de lo que han dicho o hecho.”
Una hora después moría.
7.- ¡Muera la tiranía!
“Por las calles semidesértica 150 soldados condujeron a los hermanos a la prisión militar de Santiago-Tlatelolco. Ricardo y Enrique, en medio de la tropa alzaban los brazos y gritaban con todas sus fuerzas:
_ ¡Muera Porfirio Díaz! ¡Muera Bernardo Reyes!¡Muera la tiranía!
Hombres y mujeres salían a los balcones con sus camisones de dormir y mucha gente, ante aquellos mueras inauditos, seguía a la tropa. El capitán, abriéndose paso entre las bayonetas, ordenó colérico:
_ ¡Respeten al ejército!
_ ¡A la chingada tú y tu ejército!
8.- No voy a pedir perdón.
Viviendo en los Estados Unidos, Ricardo, en marzo de 1918, escribe un manifiesto contra la primera guerra mundial. Lo condenaron por ello a 20 años de prisión. Durante cuatro años se le insinuó que debía manifestar arrepentimiento para merecer la clemencia del gobierno norteamericano. Se le pedía una solicitud de perdón.
Enfermo y casi ciego escribió: “Cegaré, me pudriré y moriré dentro de estas horrendas paredes que me separan del resto del mundo, porque no voy a pedir perdón ¡no lo haré!
En mis 29 años de lucha por la libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y famoso; he consumido mucho tiempo de mi vida en las prisiones; he experimentado el sendero del vagabundo y del paria; me he visto desfallecido de hambre; mi vida ha estado en peligro muchas veces; he perdido mi salud; en fin, he perdido todo, menos una cosa, una sola cosa que fomento, mimo y conservo con celo fanático y esa cosa es mi honra como luchador.
Pedir perdón significaría que estoy arrepentido de haberme atrevido a derrocar el capitalismo para poner en su lugar a un sistema basado en la libre asociación de los trabajadores para consumir y producir, y no estoy arrepentido de ello. Pedir perdón significaría que abdico de mis ideas anarquistas; y no me retracto, afirmo, afirmo que si la especie humana llega alguna vez a gozar de verdadera fraternidad y libertad y justicia social, deberá ser por medio del anarquismo. Así pues, mi querido Nicolás, estoy condenado a cegar y a morir en la prisión; más prefiero esto que volver la espalda a los trabajadores, y tener las puertas de la prisión abiertas a precio de mi vergüenza. No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizá inscriban en mi tumba: Aquí yace un soñador y mis enemigos: Aquí yace un loco. Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas”.
9.-Asesinado en la celda.
Un año después el presidente Álvaro Obregón pidió el indulto, siendo concedido. Sin embargo, durante la noche del 20 de noviembre de 1922 fue asesinado en la cárcel. Su cuerpo fue trasladado a México, su patria.
“En todas las estaciones ferrocarrileras de importancia- Chihuahua, Torreón, Aguascalientes, Querétaro- bajaban el cuerpo. Era después de todo una de las escasas oportunidades que tenía el pueblo de rendir homenaje a uno de sus héroes auténticos.”
“Después de 25 años de ausencia volvía muerto a su patria Ricardo Flores Magón, pero aún perduraba su recuerdo. Las mujeres al ver desfilar el féretro bajaban la cabeza y lloraban. Muchos trabajadores y campesinos llevaban flores y lazos negros.”
“En 1945, se le sepultó, finalmente, en la rotonda de los hombres ilustres”. Hoy su nombre permanece con letras de oro en la cámara de diputados y en el corazón del pueblo consciente de México.
**Centro de Información Política de Izquierda (Por una revolución de las conciencias).