VILLAHERMOSA (CONTRASTE POLÍTICO).-Ante el inminente crecimiento político de la diputada federal Beatriz Milland Pérez, la oposición mezquina y descarada ha orquestado una escalada de golpes hacia su persona, intentan desprestigiarla de mala fe, para que abandone su labor social, esa que realiza desde niña y que además aprendió de su madre, la empresaria Alma Delia Pérez Ureña.

Quienes conocen a Bety Milland tienen claro que la guerra sucia contra la legisladora federal, es producto de que esta marcando la diferencia y de que a diferencia de otros legisladores que ganaron con la 4T, ella no sea encerrado en una oficina, al contrario, mantiene una política de territorio 24/7 en los distritos que la hicieron ganar.

Bety Milland no sea divorciado del pueblo.
En su lucha por ayudar a la gente necesitada, usa sus fuerzas para gestionar proyectos sociales que a veces por la distancia y a las zonas urbanas, muchas familias nunca iban a poder adquirirlos.
Hoy la diputada lleva hasta los hogares y a mitad de precios, producto de la canasta básica, electrodomésticos, materiales de construcción e incluso ayuda constantemente con herramientas de trabajo a los hombres y mujeres del campo.
Aprendió Bety Milland el altruismo de su madre la empresaria Alma Delia
En Paraíso y varios municipios de Tabasco, la familia de Bety Milland es muy querida por la población, mantiene una base social muy fuerte, producto del trabajo que su madre la empresaria Alma Delia realiza desde hace más de 30 años con su Fundación Te Regalo del Alma una Sonrisa.
La señora Alma Delia Pérez Ureña, es una defensora de las mujeres y por muchos años ha sido el guardián de muchas de ellas que fueron victima de maltrato familiar, de violaciones a sus derechos e incluso las empodera para que nunca más nadie las vuelva a humillar.

Hoy aquellos que nunca regalan ni siquiera su tiempo para escuchar las necesidades del pueblo, le sorprende ver a una diputada que no se raja, que no se esconde en una oficina, que no se sienta a tomar café con la cúpula del poder y que no lucra con las necesidades de los más pobres.
Les sorprende y le tienen envidia porque hoy sin duda es la favorita del pueblo y si en la encuesta le preguntan a cualquier tabasqueño, quien es Bety Milland, la van ubicar como aquella empresaria y política que con poco resuelve las necesidades del pueblo.







