CIUDAD DE MÉXICO (CONTRASTE POLÍTICO).-El proceso electoral en México siempre es un tema de interés y debate, y el 2024 no será la excepción. Morena, como partido en el poder, ha lanzado la convocatoria para los nueve estados que renovarán gubernaturas en dicho año, generando expectativas sobre quiénes serán los perfiles que representarán al partido en las próximas elecciones.
A medida que se abren las inscripciones y se comienzan a vislumbrar los nombres de quienes podrían competir, se puede notar que en algunos estados existen favoritos que ya llevan la delantera en la carrera por la candidatura.
Chiapas, por ejemplo, podría contar con Patricia Armendáriz como su abandonada, mientras que en Morelos, Lucy Meza se destaca como una candidata sólida. En Puebla, Olivia Salomón podría ser la opción de Morena, y en Veracruz, el nombre de Rocío Nahle resuena con fuerza.
En la Ciudad de México, un perfil que ha cobrado relevancia es el de Omar García Harfuch, quien ya ha demostrado su compromiso con la 4T. En Guanajuato, Ricardo Sheffield se posiciona como una opción sólida, y en Yucatán, Joaquín Díaz podría encabezar la candidatura. Por último, en Tabasco, Javier May se presenta como una figura destacada.
El caso de Jalisco
Dentro de este escenario, destaca el estado de Jalisco, donde el diputado federal Antonio Pérez Garibay se presenta como un favorito indiscutible.
Su temprano respaldo a Claudia Sheinbaum le ha otorgado notoriedad en el partido, y su anuncio de inscribirse en cuanto se abra el registro en línea confirma su interés en encabezar la candidatura.
Lo que resulta más relevante en la postura de Pérez Garibay es su disposición a la unidad. A pesar de perfilarse como el candidato virtual en Jalisco, ha expresado su voluntad de sumarse al vencedor de las encuestas si los resultados no le favorecen. Esto refleja un llamado a la cohesión ya priorizar el proyecto de la 4T por encima de los intereses individuales.
En un país donde la política siempre está en movimiento, será interesante observar cómo se desarrollan las candidaturas y cómo se configura el panorama electoral en cada estado. Lo que es seguro es que el 2024 promete ser un año decisivo en la historia política de México.