ROBERTO BARBOZA SOSA/CONTRASTE POLÍTICO
VILLAHERMOSA.- Además de que se trata de un esperpento que obstaculizará la vista, significa también un derroche millonario realizado por el Ayuntamiento de Centro, del “Reloj Nómada” de Villahermosa.
Es el cuarto sitio en la ciudad que ocupará en su historia el llamado “Reloj Floral”.
Cuando se erigió por vez primera esa obra de ornato, fue en el crucero de Paseo Tabasco y la entonces llamada avenida Grijalva, hoy avenida Adolfo Ruiz Cortines.
En aquel entonces, 1964, no significaba ningún obstáculo para el tráfico vehicular y estaba en la entrada al aeropuerto de la ciudad.
Posteriormente, al desaparecer el aeropuerto de ese punto y construirse el Desarrollo Urbano de “Tabasco 2000”, se colocó en medio del tramo de seis carriles de Paseo Tabasco. Era el lugar perfecto donde no estorbaba.
Pero, vino la ocurrencia de las autoridades del Ayuntamiento, en 2016, con otro derroche millonario, y cambiaron de lugar el “Reloj Floral”, para colocarlo en el crucero de Paseo Tabasco y el Malecón. Fue la tercera vez que lo llevaban de un punto a otro de Villahermosa.
Fue el peor punto donde ha estado esa obra de ornato urbano, pues solo obstruyó la vialidad y movilidad. Además que era un adefesio y el reloj se mantuvo siempre descompuesto sin dar la hora.
Ahora, en este 2024, esa obra del “Reloj Floral” que solo representa una costosa erogación del erario, mejor debería utilizarse para componer urgentemente calles destrozadas de diferentes colonias.
Sin ningún estudio o diagnóstico previo —que arrojara la definición que era necesario construir y colocarlo en ese punto de la ciudad —, esa obra de ornato se decidió por capricho y ocurrencia del Ayuntamiento, construirlo en un lugar inapropiado, que solo podrán verlo quienes transiten por Usumacinta hacia la salida a Teapa o hacia el carril de baja del periférico.

El derroche millonario inició con la decisión discrecional de Adán Augusto, de derribar la fuente y glorieta de Guayabal, a pesar de que se había determinado dejarla intacta cuando se construyó el Distribuidor Vial Guayabal.
Por eso el rediseño del Distribuidor, incluyó una curva para pasar a un lado y librar lo que era la glorieta que allí existía. La glorieta y Fuente de Guayabal fue derribada posteriormente, cuando estaba lista la obra vial de periférico y avenida prolongación de Usumacinta.
Incluso, para derribar la glorieta y Fuente Framboyanes de Guayabal, se le pagó también al compadre y constructor preferido de Adán Augusto, la constructora Santandreu, el mismo que edificó el Distribuidor Vial Guayabal y el de Universidad.