CULTURA

Odiseo Confinado. Edén García: Sólo el pueblo puede salvar al pueblo

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Gamaliel Sánchez Salinas

«Yo, había venido a estudiar a Villahermosa, y me quedaba en un albergue de la CNC, para hijos de campesinos por el Seguro Social. Yo quería pintar, era mi sueño y entonces frecuentaba exposiciones en el Instituto Juárez, El jaguar despertado. Eran aquellos tiempos en que la cultura en Tabasco renacía bajo la tutela generosa de doña Julieta Campos”, evoca nostálgico el pintor Edén García.

El artista plástico relata que una de sus primeras inquietudes era dominar con el lápiz el cuerpo humano y cuando vio en el Instituto Juárez una exposición de Fontanelly Vázquez, se quedó sorprendido. «Quise saber quién era el autor y pregunté. Me dijeron que más tarde, lo podría encontrar en El submarino», cuenta memorioso.

Fontanelly VázquezEl joven aprendiz de pintor venido de una ranchería de Cárdenas esperó paciente a las puertas de aquel bar. Cuando vio que la concurrencia era copiosa entró y preguntó por el afamado dibujante. «Fue el poeta Ramón Bolívar, sin conocerme, quien me dijo quién era y me lo presentó. Fontanelly fue amable yo le dije que quería recibir clases de él y de buena gana aceptó», recuerda.

En ese entonces el novel pintor iba a la escuela en las mañanas y por la tarde buscaba espacios donde conversar y aprender sobre arte. El grupo de intelectuales comandado por el poeta Bolívar y Fontanelly Vázquez, lo adoptó. «Me convertí en quien cuidaba que nada se saliera de control en las fiestas que organizaba el grupo. Los cuidaba, yo era muy joven, no tomaba», asegura.

Empero, su hambre de artístico saber lo llevó a recibir clases del maestro Jorge Del Moral. «Era un virtuoso de la técnica. Daba clases a señoras de la alta sociedad de la Villahermosa de esa época. Me acerqué a él y le pedí me enseñará, yo no tenía con que pagarle, pero no le importó y me convertí en su alumno». Así, Edén García combinaba ese aprendizaje metódico en las clases del maestro Del Moral y las enseñanzas autodidactas de los pintores del grupo al que ya pertenecía. «Estuve 5 años como su alumno, luego me convertí en su ayudante. Para mí ambos procesos de aprendizaje se complementaron y me fueron de gran utilidad», dice el autor del mítico cuadro Perro verde.

El pintor recuerda una vez que sus maestros Del Moral y Fontanelly tuvieron un desencuentro: «El maestro Del Moral siempre abogando por la técnica. Fonta, autodidacta, minimizándola». Fontanelly con muchas exposiciones pidió al maestro Del Moral que mostrará de lo que hablaba con sus obras. «Meses después de esa discusión Del Moral, expuso con éxito Las meninas, un homenaje a Velázquez. Ahí, Fontanelly, reconoció la capacidad del maestro e hicieron las paces. Fue una época de mucho aprendizaje, recuerda el hoy consagrado pintor, miembro prominente de la plástica tabasqueña.

Su primera exposición, recuerda, fue en El jaguar despertado y se la coordinó su amigo, Alejandro Ocampo, quién trabajaba como curador y museógrafo para el Instituto de Cultura. Tuvo tal éxito que fue recibido con honores en el Colegio de Artes, agrupación donde confluían artistas consagrados de la plástica tabasqueña de la época como Alejandro Ocampo, Ventura Marín, Fontanelly Vázquez, Víctor del Valle, Férido Castillo, Gutenberg Rivero, Leonardo de Dios Gerónimo, Alan Edwin…

Sobre su cuadro famoso; Los músicos, que adorna la sala de la casa del hoy presidente de México, Edén García evoca divertido: «Era una noche de parranda; estaba Fonta, Salvador Córdova, entre otros. Ríos de cerveza corrían, en lo mejor de la fiesta llegó Ramón Bolivar para solicitar un cuadro para el líder. Nadie tenía obra en ese espacio. Y Ramón pidió a Fontanelly que lo hiciera en el momento. No quiso y entonces me dijeron a mí. Acepté y me puse a trabajar, trabajé toda la noche y en la mañana del día siguiente ya estaba listo para entregárselo al cliente».

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Edén García imparte clases de arte en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, encabeza proyectos de restauración de murales y asesora a Ayuntamientos en el ámbito de las artes plásticas. Actualmente, el autor del mural Trascendencia, lenguaje y luz, que adorna la rectoría de la máxima casa de estudios, propone la recuperación de apuntes biográficos de artistas plásticos que nos han dejado, para darlos a conocer a las nuevas generaciones: «El maestro Gut, Fontanelly, Del Moral, Férido, Valeriano, Montuy…»

Sin embargo, advierte que todo proyecto, para que avance, debe nacer y crecer en el ámbito independiente: «Ya deben conocer esa frase: Solo el pueblo puede salvar al pueblo», dice socarrón y crítico, y sonríe…

 

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