Roberto Román
Ya se ha repetido hasta el cansancio que la imaginación no tiene más límites que la que le imponemos. Así como imaginamos el futuro también podemos imaginar el pasado.
Eso me sucedió cuando leí el libro Remembranzas de Balancán, de Ambrosio González Ramos, conocido como Bochín, imaginando e incluso recreando cómo pudo haber sido el Balancán que el autor nos relata en las primeras páginas.
Sabido es que lo que conocemos como historia no es precisamente lo que aconteció, sino lo que se relata, lo que se interpreta y sobre todo, lo que se escribe (aunque los defensores de la ciencia de la historia controviertan mi afirmación).
Aquí, Bochín nos regala en esta obra, sus vivencias, es el testigo presencial de la historia que nos relata, es un legado testimonial de un hombre que le ha tocado estar en momentos y actos que han sido trascendentes para el municipio. En sus ojos y en su memoria, se ha plasmado el trascurrir del tiempo que ha ido dejando huellas y transformando aquel rincón exuberante de Tabasco.
Los textos están enmarcados por temas diversos, algunos muy breves, lo que hace más amable la lectura. Con esos textos pude imaginar las travesías en los barcos de vapor y rememoré los viejos cines de aquella época.
Me pregunto:¿cómo es que en aquellos años había cine en los municipios y cómo se fueron perdiendo? También me acordé de los gitanos, sus carpas, sus películas mexicanas, sus voceos, su idioma diferente.
Gracias a Remembranzas de Balancán, pude conocer el municipio desde la época de los chicleros provenientes de Guatemala, las rutas fluviales, las pangas, la leishmaniasis o lepra de montaña causada por la picadura de la mosca chiclera, los personajes revolucionarios de aquella franja de tierra, la intención de rellenar una laguna que se encuentra en la cabecera municipal y hasta las queserías famosas de aquella zona.
Bochín entrega un legado a las nuevas generaciones. No sólo se trata de remembranzas históricas sino también de aportaciones antropológicas en torno a la sociedad de aquel municipio, sin olvidar a los deportistas, músicos y poetas que por lo visto, son muchos, incluyendo al autor de la obra.
Remembranzas de Balancán es pues una obra esencial que todo tabasqueño debe tener en su biblioteca, se trata de un libro publicado bajo el sello de Querer Leer, como un aporte más para la promoción de la lectura y la cultura en Tabasco. Y como dijo el poeta, Agustín Tejero Espinosa (EPD):
Tu nombre desciende Balam-kan
del maya puro como Quirigua y Copán
como puras las aguas de tus cascadas de Reforma,
filtrada por lajas de mil formas
donde se asentó un reinado maya
para adornar a sus dioses
los Dioses de Acalán.
Tu nombre está en la voz de la selva,
en el murmullo de las aguas
de tus ríos y cascadas,
en el canto de tus aves
en las mieles de tu flora
y en lo agreste de tu fauna.