POBLADO C-16 (CONTRASTE POLÍTICO).—“Al que madruga, las Jornadas de Atención lo ayudan”, dijo don Óscar Ulín, luego de beneficiarse, en menos de treinta minutos, con una silla de ruedas para su esposa Araceli Marchena.
El gobernador Javier May Rodríguez, junto con sus colaboradores de la administración estatal, encabezó en esta comunidad rural del municipio de Cárdenas, las audiencias ciudadanas que ha establecido como política pública de su gobierno, donde la ciudadanía acude para resolver o exponer una variedad de demandas.
Bajo un samán que, por ser muy temprano, aún no estiraba su sombra, don Óscar contó que hasta hoy, su mujer se movería en una silla de ruedas prestada por una buena vecina de la colonia Bajío Segunda Sección, lugar donde viven.
“Pero no hay que abusar, ya ahora, gracias al Gobierno del Pueblo, al DIF y a los de Salud, obtuve una nueva silla de ruedas para mi esposa. La verdad, los servidores públicos se portaron muy bien, fueron muy amables y me atendieron de boleto”, narró sorprendido el vendedor de barbacoa.
El mismo trato recibió la señora Mónica, originaria del vecino poblado C-16. El lunes, su celular vibró por una llamado del personal del Centro de Salud.
Ella había querido utilizar un método de planificación familiar, pero se habían agotado y ahora le avisaban que la unidad móvil estaría en las Jornadas de Atención en el C-28. No lo pensó dos veces y se trasladó temprano para esperar su turno en la unidad móvil de la Secretaría de Salud.
“Tengo tres hijos y con eso es ya suficiente para una familia feliz. La economía no está como antes. ¡Qué bueno que nos dan esta atención muy personal las enfermeras y médicos que atienden aquí!!”, expresó agradecida. Gracias a este programa, en el C-28 las familias pasaron de tener un índice de fecundidad de 5.31, en 2010, a 2.63, en 2020.
*Esta es la segunda vez que saludé al hombre, dijo con entusiasmo doña Domitila…*
También, muy tempranito, doña Domitila, recibió una andadera; una servidora de atención ciudadana la ayudó a empujar la anterior andadera, toda destartalada, a un tambo de basura.
Sin despegarse de la viuda de 83 años de edad, la acompañó un trayecto de 30 metros, despacito, porque a la abuelita se le ocurrió probar su “nuevo coche”, según dijo, para llegar hasta donde estaba el Gobernador Javier May Rodríguez ofreciendo audiencias.
Las dos llegaron hasta allí y la ancianita saludó al mandatario. De las mil 641 viviendas que hay en el C-28, la de doña Domitilia se llueve porque es de madera, de modo que solicitó al Gobernador un apoyo para que las goteras ya no le quiten el sueño, a ella y su hermanita menor, que es sordomuda.
“Los candidatos venían y ya no los volvíamos a ver, aunque corrieras, porque siendo gobernantes ya no se dejaban tocar. Ahora es diferente, esta es la segunda vez que saludé al hombre”, contó orgullosa antes de que se alejara con la servidora de Atención Ciudadana, quien la ayudó a parar un taxi en la calle frente al campo deportivo.
Otra viuda de nombre María Antonia recibió unos lentes graduados y aprovechó a realizarse unos estudios de mastografía. Ella vive en el C-28, pero sus recursos son tan pocos, que le han impedido realizar el viaje a Cárdenas desde hace tiempo. Gracias al voceo, hoy se presentó en el módulo de Salud a esperar su turno.
“A veces no tenemos dinero para hacernos este tipo de estudios. ¡Qué bueno que ahora vienen hasta acá y nos los ofrecen, ahorramos dinero y no gastamos ni en la salida!”, comentó contenta la señora de 50 años de edad.
El cumpleaños de Eddy López coincidió con la Jornada de Atención en el Centro Integrador, y decidió celebrarlo con su pareja Karla Alejandro de un modo espectacular: formalizando la relación que sostienen desde hace 7 años y que ha dado como fruto una niña de seis.
Tras darse el sí y un beso estruendoso que aplaudieron los asistentes a la Jornada, su ahora esposa declaró: “Con este servicio evitamos dar tantas vueltas, el personal del Registro Civil nos facilitó todos los trámites y papeleos, de manera que estamos muy agradecidos”.
En el mismo módulo, Luis Alberto y Alejandra también se dieron el sí, tras una relación de 15 años. El motivo de ellos para matrimoniarse es su deseo de poder bautizarse en la fe que profesan. “El papeleo y la falta de dinero nos había impedido cumplir este mandato de Dios. Pero gracias a las Jornadas ahora hasta nos bautizaremos juntos”.
Antes don Marcelino Jiménez podía ver bien, sus ojos todavía recuerdan cuando entre las selvas, andaban el tigre, el venado y el sereque. Entonces el poblado C-28 era conocido entre la gente como El Limoncito. Recuerda que había trabajo en el campo, el jornal era de 6 a 6 y lo pagaban a cinco pesos. Toda la gente se dedicaba al campo porque había muchos apoyos.
“Luego todo cambió, dejó de haber apoyos para el campo y los gobiernos se olvidaron del campesino, pero con este Gobierno, de nuevo, tenemos esperanza”, dijo el nativo de 81 años de edad, tras ponerse los lentes graduados y poder reconocer a quien pasaba.