ROBERTO BARBOZA/CONTRASTE POLÍTICO
OXIACAQUE.- Simón Rodríguez de la Cruz, indígena Chontal, tuvo que empeñarse con un préstamo de 50 mil pesos — cuyos intereses no termina de pagar–, para poder llevar a su esposa con el médico y comprar las medicinas para el tratamiento, al serle imposible acceder a esos servicios en el sistema de salud pública.
Este Adulto mayor, quien toda su vida se ha dedicado a la agricultura y crianza de ganado, se vio obligado a recurrir a un doctor particular, pues en los hospitales públicos no logró ni encontró ni la atención médica ni los medicamentos.

Pero la verdadera penuria de don Simón, y que fue el motivo de tener que recurrir al empréstito, es que desde hace tres años se ve imposibilitado de lograr la subsistencia familiar por medio de su actividad de toda la vida, pues sus tierras en este Ejido del municipio de Nacajuca, al igual que unas diez comunidades Chontales aledañas de Tabasco, quedaron inundadas de manera permanente por los continuos desfogues de las presas.
El caudal producto del desfogue de la presahidroeléctrica Peñitas – la última de las cuatrode la CFE del Sistema del Alto Grijalva-, ubicada en el norte de Chiapas, tras recorrer 100 kilómetros a través del rio Samaria, recala en esta zona de Nacajuca.

El presidente del Comisariado Ejidal de Oxiacaque, Rubicel López García, afirma que al igual que don Simón, ese es el panorama que padecen la mayoría de los Chontales que tienen sus parcelas en este polígono del municipio, con son las tierras más bajas del municipio, que ahora todo el año están bajo el agua.
Con sus tierras inundadas, los Chontales no tienen pastura para el ganado, ni pueden sembrar maíz, yuca, calabaza, camote, chile, ni tampoco la palmita que utilizan para la elaboración de petates, sombreros y otras artesanías a base de ese vegetal.
Igual el agua ha destrozado sus cercas, al pudrirse las alambradas y postes que sostienen esas cercas que delimitan de sus potreros.
Quienes se dedicaban a criar vacas, tuvieron que rematarlas ante la imposibilidad de poder alimentarlas en los potreros anegados. Algunos indígenas se resisten a deshacerse de sus animales y los mantienen entre el agua.
Quienes también han pagado las consecuencias son los indígenas que sobrevivían con los jornales del campo, pues ya no se les emplea, dice Rubicel López García.
“No se sabe si en sus casas tienen para comer”, lamenta el presidente del Comisariado Ejidal. En general, la pobreza de este grupo vulnerable del estado, se incrementó en todos los ordenes durante el autodenominado gobierno de la Cuarta Transformación, asegura esta autoridad.
CON LA 4T HAN PADECIDO EL MAYOR ABANDONO
Durante estos cuatro años consecutivos las comunidades indígenas Chontales del municipio de Nacajuca, se quedaron con sus tierras anegadas e inservibles – solo de esta comunidad son cerca de dos mil hectáreas –para la agricultura y ganadería, como consecuencia del desfogue permanente de las presas hidroeléctricas.

A diferencia de regiones del norte y noreste del país, donde han prevalecido sequías, paradójicamente a estos Pueblos Originarios los que les sobra es agua hasta en pleno verano, pero el vital líquido les quitó su forma de sobrevivencia.
Desesperados por esa situación que los ha sumido más en la precariedad, los chontales han decidido alzar la voz y exigirle al presidente Andrés Manuel López Obrador, una solución a este problema que padecen por el agua que les vierte la Comisión Federal de Electricidad (CFE), desde la presahidrolectrica Peñitas, ubicada en Ostuacán, Chiapas, en los límites con Tabasco.
La noche del pasado 15 de septiembre, en el Grito de Independencia, una de las arengas del presidente Andrés Manuel López Obrador, fue ¡Vivan los pueblos indígenas!.
Pero, sus paisanos de la etnia Chontal afirman que nunca como en gobiernos anteriores estuvieron en el completo abandono de programas productivos y en servicios públicos.
Comparan, incluso, que en el sexenio del entonces presidente priísta José López Portillo, cuando el delegado estatal del desaparecido Instituto Nacional Indigenista (INI), era quien hoy ocupa la titularidad del poder ejecutivo federal, existían más programas sociales y apoyos, en comparación con el autollamado gobierno de la Cuarta Transformación.

En todos los gobiernos priístas, recuerdan, como en el que formó parte y militaba López Obrador , recibieron mayor atención e inversión con programas y servicios públicos. Ahora “estamos en completo abandono” en todos los órdenes, lamenta el presidente del Comisariado Ejidal.
Para las comunidades indígenas desaparecieron los apoyos agropecuarios y programas sociales tanto de los gobiernos municipal, estatal y federal. “Estamos completamente abandonados”, afirman los Chontales.
Don Simón Rodríguez de la Cruz, recuerda que en campaña, López Obrador no se cansó en prometer una mejoría en la vida de los mexicanos, pero “si no cumple con su palabra, entonces qué clase de presidente es. No tiene responsabilidad como una autoridad competente, porque cómo vas a engañar al pueblo. No le prometas a la gente que le vas a hacer tantas cosas”.
Dice que algunos de sus paisanos “se alegran nada más por la miseria que les están dando de los ancianos, pero con eso no resuelves la vida. El que tienen varios integrantes en su familia, qué les vas a dar de comer cada dos meses”.
Denuncia la existencia de personas beneficiarias del Programa Sembrando Vida, “les dan apoyos mes con mes, pero no siembran nada. Pero los que trabajan por su cuenta, a ellos no les dan nada”.
El viejo chontal afirma que desde hace cuatro años cuando López Obrador entró como presidente de la República, sus tierras quedaron completamente inundadas. Hasta este momento “no contamos con un espacio de tierra libre de agua donde puedan descansar unos animalitos. Y la verdad, pues el pueblo ya se cansó”.

Entre las comunidades indígenas cuyas tierras agrícolas están inservibles por la permanente agua desfogada de las hidroeléctricas de CFE, esta´n Guatacalca, Guaytalpa, Mazateupa, Olcuatitán, Oxiacaque, El pastal, San Simón, San Isidro Primera sección, Tecoluta Primera sección, Tucta, San Isidro segunda sección, Belén, Isla Guadalupe, Chicozapote, San José Pajonal, Cantemoc 1ra y 2da sección, Tecoluta 2da sección, El Sitio, Tapotzingo y El Chiflón.

En Tabasco, la población indígena representa el 2.6 por ciento del total de habitantes de la entidad, cuya mayoría radica en esta zona del municipio de Nacajuca.
De acuerdo con el Coneval, en 2018 al 2020, en Tabasco la pobreza extrema se incrementó en 1.6 puntos porcentuales. Al pasar del 12.1 por ciento al 13.7 puntos. De 285 mil 500 tabasqueños en esa situación, pasaron a ser 330 mil 800 en esa condición socioeconómica.
Y también creció en 1.9 puntos porcentuales la población vulnerable por ingresos. Pues de 3.3 por ciento subió a 5.2 por ciento.
Los tabasqueños con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos, subió de 19.5 por ciento a 22.4 por ciento. Es decir de 462. 4 miles de personas, se incrementó a 542.3 miles de habitantes con escasos ingresos.
En el rubro de carencias sociales, como el acceso a los servicios a la salud, de 112.6 por ciento pasó a 27 por ciento de la población con esa carencia. De 299 mil 200 habitantes con esa carencia, subió 652 mil 100 tabasqueños sin acceso a servicios médicos.
Tabasco también ocupó el sexto lugar respecto a las demás entidades federativas por su porcentaje de adultos mayores en situación de pobreza, con aproximadamente 94,600 adultos mayores. 13.2 puntos por arriba del porcentaje nacional, que fue el 41.1 por ciento.
El porcentaje de la población con carencia por acceso a la seguridad social en Tabasco fue 11.8 puntos porcentuales mayor que el porcentaje nacional. Ese mismo año, el estado ocupó el lugar 7 entre las 32 entidades federativas por sus niveles en esta carencia, problema que se agrava entre los pueblos originarios.
En 2018, el porcentaje de la población con carencia por acceso a la alimentación en Tabasco fue 26.4 puntos porcentuales mayor que el porcentaje nacional. Ese mismo año, el estado ocupó el primer lugar entre las 32 entidades federativas por sus niveles en esta carencia alimentaria.
En ese panorama adverso que en envuelve a la mayoría de los tabasqueños, los indígenas de esta zona son quienes más sufren ante el olvido gubernamental y la inundación de sus tierras, que les ha dado la puntilla.
El presidente del Comisariado Ejidal de Oxiacaque, Rubicel, en tono desesperado, a nombre de los pequeños productores del Ejido Oxiacaque pide al presidente tener ya una solución al desfogue de las presas.
“Ya no queremos más engaños, mas mentiras y más falsedades. Queremos un gobierno de justicia, de dignidad y de respeto humano, porque es lo que López Obrador siempre ha pregonado”.
Recuerda que en las ocasiones que tuvo la oportunidad de platicar de manera directa con el presidente de México, “siempre le mencioné dos problemas bien complicados y graves que nos están por el desfogue de las presas.
“Y él siempre dijo que a partir del 1 de diciembre del 2018 ya no se iba a volver a inundar el campo porque a él lo que le interesa es que nosotros estemos trabajando la tierra. Pedimos que esas palabras que usted siempre nos dijo señor presidente, cúmplalas”, expresa el indígena Chontal.
“Nosotros pedimos justicia, queremos que nuestro campo esté totalmente en tierra para poder llevar el sustento y el alimento a nuestras familias.
Porque nosotros como cabeza de familia

necesitamos llevarle el pan nuestros hijos, a nuestras familias, nuestras esposas. Si no el día de mañana qué esperanza tendrán nuestros hijos, porque de agua no vamos a vivir siempre”.
Dice saber que el agua es importante para la vida humana, pero no en grandes cantidades, esa ya “no es la solución a lo que nosotros estamos necesitando”.