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Casi un centenar de policías de la SSPCT fueron «comisionados» a La Barredora

No se podía distinguir donde terminaba las tareas de la corporación y donde empezaba las de La Barredora

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ROBERTO BARBOZA /CONTRASTE POLÍTICO

VILLAHERMOSA. —En la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del estado (SSPCT), bajo el mando de Hernán Bermúdez Requena, era imposible conocer donde terminaba la corporación y donde empezaba las funciones del crimen organizado de La Barredora, puesto que la corporación se puso a disposición del grupo delictivo.

Además de mandos, unos 60 policías de la SSPCT trabajaban para La Barredora, junto con delincuentes civiles que recibían protección para cometer una serie de delitos como secuestro, cobro de piso, extorsión, narcotráfico, huachicol, homicidios, hurto de vehículos y control de los «Puntos».

Todo fue solapado por los entonces gobernadores Adán Augusto López Hernández y su sustituto Carlos Manuel Merino Campos, al permitir la utilización de los recursos públicos de la SSPCT para la delincuencia organizada, en lugar de que se cumpliera con el objetivo de dar seguridad a la población.

A su paso por la corporación preventiva estatal, el ahora prófugo exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado (SSPCT), Hernán Bermúdez Requena, tuvo el don de la ubicuidad pues al mismo tiempo que era el responsable del sector de la seguridad de Tabasco, lideraba al grupo de delincuencia organizada conocida como La Barredora.

Y junto con él, ocurría lo mismo con al menos unos 60 policías estatales que estaban “comisionados” al grupo delictivo de La Barredora, bajo el mando de tres de sus cabecillas que estaban bajo las órdenes del propio secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco (SSPCT), Hernán Bermúdez Requena.

Para convencerlos de enrolarse a esa organización del crimen organizado, a los gendarmes-delincuentes, se les ofreció el pago de cinco mil pesos semanales, según relataron policías de la SSPCT, que solicitaron el anonimato.

Los testigos afirman que sus compañeros que se “cruzaron” del otro lado, ya no laboran en la corporación, pues paulatinamente renunciaron a partir de la dimisión de Bermúdez Requena a la SSPCT. Algunos murieron ejecutados y los menos fueron detenidos. Oficialmente, las nuevas autoridades de la SSPCT nunca han dado pormenores de esa situación.

Los uniformados preventivos estatales reforzaron la operatividad de La Barredora, en la que también estaban conocidos delincuentes dedicados al narcotráfico, huachicol, tráfico de migrantes, cobro de piso, secuestro, homicidios, entre otros ilícitos.

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Sin embargo, al ser Bermúdez Requena el jefe principal de La Barredora, prácticamente tenía a toda la institución policial al servicio de ese grupo delictivo, al otorgarles impunidad y protección en las actividades delictivas.

Hasta antes de la escisión, Tabasco estaba dividido en zonas delictivas repartidas entre los cuatro líderes del grupo del crimen organizado La Barredora.

De los cuatro cabecillas, solo Carlos Tomás Díaz Rodríguez, “El Lic” o “El Tomasin”, quien se autonombraba como “asesor” de Hernán Bermúdez, ha sido capturado. También algunos de los lugartenientes de La Barredora ha sido detenidos.

Los otros tres, junto con Bermúdez Requena, se encuentran prófugos. Los otros dos son el expolicía federal, exmiembro de Los Zetas y expresidiario, Ulises Pinto Madera, así como el expolicía estatal Daniel Hernández Montejo, “El Prada”. Este último, primo hermano del exdiputado local de Morena, Jesús Hernández Díaz.

Este grupo de mafiosos operó perfectamente, hasta que el 22 de diciembre del 2023, rompieron por la disputa del botín. Bermúdez Requena, Carlos Tomás Díaz, «El Lic» o el «Tomasín» y Ulises Pinto Madera, «El Mamado», pretendieron eliminar a Daniel Hernández «El Prada», a quien citaron en la residencia de calle La Venta, Fraccionamiento Campestre.

El Prada, quien pagaba mejor a los policías «comisionados», intuyó de que se trataba la convocatoria, llegó a la residencia de Hernán Bermúdez, junto con su gente para atacar primero. El resto de la historia fue la permanente confrontación y los actos vandálicos para sembrar el terror en Tabasco.

EXGOBERNADORES TAMBIÉN SON CÓMPLICES DE BERMÚDEZ

Para el director jurídico del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), Efraín Rodríguez León, la actividad delictiva del hoy prófugo exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado no habría sido posible sin la complicidad y amparo de sus jefes los exgobernadores Adán Augusto López Hernández y Carlos Manuel Merino Campos.

De acuerdo al Artículo 46 Constitucional, cuando tomaron posesión del cargo, ante el Congreso «protestaron guardar y hacer guardar las Constitución Política federal y estatal y sus leyes, subraya el jurista de la Organización no gubernamental.

 

 

 

 

 

Rodríguez León subraya que entre sus facultades constitucionales también estaba nombrar y remover libremente a los servidores públicos de la administración pública del estado. Con Hernán Bermudez sólo le delegaron la responsabilidad, que a ellos les correspondía como el tener bajo su mando la corporación de seguridad pública estatal, asi que no pueden eludir su responsabilidad, sostiene.

Adán Augusto López Hernández y su sustituto incumplieron con el mandato de la Carta Magna, en el sentido que la seguridad pública es una función a cargo del Estado y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos, la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley.

Los dos exgobernadores, así como todos los implicados en este asunto delicado “deben rendir cuentas ante la justicia”, pide el director jurídico del Codehutab al subrayar que Bermúdez Requena tenía un jefe, por lo que no pueden salirse por la tangente de que “no sabían nada”, “él no actuaba ni se mandaba solo”.

Insistió en que las víctimas de secuestro, homicidios, cobro de piso y otros ilícitos cometidos por La Barredora esperan que las actuales autoridades les hagan justicia y se llame a cuentas a quienes hoy están como líder del Senado y de director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).

“Este caso penal grave, le va a caer como anillo al dedo, a los nuevos jueces para que impartan justicia y que no sólo agarren a uno como chivo expiatorio”, demandó Rodríguez León.

En tanto, para la Maestra Julia Arrivilliga Hernández, directora de Estadística del Observatorio Ciudadano de Tabasco (OCT),  es preocupante y una situación delicada el hecho de que la seguridad haya estado en manos de la delincuencia organizada, pues no se podía entender su crecimiento sin la complicidad de las autoridades.

Por eso es comprensible que se registrara un incremento en las cifras de los homicidios dolosos. Todo inicia en el 2019, y en el año 2024 se reflejó un fenómeno que se incubó en seis años y que ya no se pudo mantener acotado

REQUENA FUE DETENIDO UNA VEZ POR SOSPECHAS DE DELINCUENCIA ORGANIZADA

Desde su arribo a Tabasco, en 1992, Hernán Bermúdez Requena llegó antecedido de dudosa fama pública policial. Lo trajo su amigo Jaime Lastra Bastar, con quien laboró en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

Lastra Bastar, actual diputado federal de Morena, en 1992 vino a formar parte del gabinete del gobernador sustituto Manuel Gurría Ordóñez –luego de ser destituido Salvador Neme Castillo –, como su director de Seguridad Pública del estado, donde Bermúdez Requena era su gente de confianza.

Al ser designado Lastra Bastar como Procurador de Justicia del estado de Tabasco, dejó en su lugar como director de la policía estatal preventiva a Hernán Bermúdez, y arrancaría su carrera en el medio policial de Tabasco.

Fue en el gurriato donde formaron la cofradía Jaime Lastra, Hernán Bermúdez y Adán Augusto López Hernández, quien fungía como subsecretario de Gobierno y el secretario de Gobierno, era Enrique Priego Oropeza, quien fue presidente del Tribunal Superior de Justicia, en el sexenio que operó La Barredora.

En 1994, con el arribo a la gubernatura de Roberto Madrazo Pintado, Bermúdez Requena, fue designado director general del Centro de Readaptación Social del estado (Creset).

En ese periodo, en el naciente Partido de la Revolución Democrática (PRD) que dirigía Andrés Manuel López Obrador, contaban con un escaner para interceptar llamadas telefónicas, y se grabó una conversación del entonces director del CRESET, en la que pactaba con una persona el ingreso de droga al penal.

Al concluir el sexenio madracista, en 2001 llegó a la gubernatura el priista Manuel Andrade Díaz, y premió a Bermúdez Requena, como responsable de todos los penales del estado, al designarlo subsecretario de Protección Civil, Prevención y Readaptación Social del estado, en tanto Jaime Lastra, era el secretario de Gobierno del estado.

Andrade Díaz llegó a la gubernatura por un periodo de cinco años, pues le habían anulado su triunfo al comprobarse por vez primera un fraude electoral y se designó a un gobernador interino, Enrique Priego Oropeza, por un año, mientras convocaba y se realizaban elecciones extraordinarias.

 

 

 

 

 

 

 

El coordinador de campaña y secretario general del PRI, en esa elección anulada de Manuel Andrade, había sido precisamente el actual senador Adán Augusto López Hernández.

Fue durante la administración andradista, el 13 de junio del 2006, cuando agentes de Subprocuraduría de Investigación en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la entonces Procuraduría General de la República, capturaron al subsecretario de Protección Civil, Prevención y Readaptación Social de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena.

El multicitado personaje era investigado por la ejecución del ganadero veracruzano avecindado en la entidad, Ponciano Vázquez Lagunes, cuyo cuerpo fue hallado en su camioneta, junto con los cuerpos de sus cuatro empleados en un camino del municipio de Huimanguillo.

Luego de 11 días detenido, la FGR liberó a Bermúdez Requena, sin que se conociera el resultado de la investigación ni que nadie explicara la detención y luego libertad del funcionario.

Al concluir la administración andradista, el ahora expolicía prófugo ya no acupó cargos en los siguientes dos sexenios de Andrés Granier Melo y de Arturo Nuñez, sino que reapareció hasta la campaña para la gubernatura del morenista Adán Augusto López Hernández, quien, al asumir el cargo en el 2019, nombró a Hernán Bermúdez Requena, como director de la Policía de Investigación de la Fiscalía General del estado, cuyo titular era Jaime Lastra Bastar.

Bermúdez Requena estuvo 11 meses en la FGET, y el 11 de diciembre del 2019, el gobernador lo ascendió a secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado, luego que le renunciara el segundo funcionario en ese cargo.

Al tomarle la protesta, Adán Augusto conminó a su subordinado Hernán Bermúdez “a mantener la política de seguridad y darle continuidad a las acciones estratégicas que impulsa el Gobierno del Estado en esta materia”. Se ignora si se refería a que creara, impulsara y consolidara al grupo delictivo La Barredora.

LOS DELITOS NO SE REPORTABAN Y LA CIFRAS NO CRECÍAN

En ultimo año que ocupó la SSPCT, Hernán Bermudez Requena, 2023, la tasa de víctimas delitos en Tabasco subió 12.1 por ciento, al pasar de 22,915 en el 2022 a 25,688 por cada 100 mil habitantes. La entidad fue una de las siete entidades que registró incremento, refiera la directora de Estadística del OCT.

De acuerdo a la  Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), 2024, del INEGI, también la tasa de incidencia delictiva ( tasa de delitos) creció del 2022 al 2023, en un 23.4 por ciento, al pasar de 30,798 a los 38,004. A nivel nacional la tasa fue de 33,267.

En el 2024, la percepción de seguridad al caminar sin compañía por la noche, fue de 35.6 por ciento. Se ubicó solo debajo de Morelos y Estado de México.

Arrivillaga Hernández subraya que las autoridades recurrentemente negaban la realidad de la inseguridad que se vivía. Durante el 2023, en Tabasco donde la cifra negra o cifra oculta es del 92 por ciento, las autoridades solo reportaron 253 ejecutados, 152 víctimas heridas por arma de fuego; 18 feminicidios, 38 casos de narcomenudeo, 21 secuestros y 123 casos de extorsión.

Con las actuales autoridades que implementaron “nueva estrategia de seguridad”, tan sólo en el primer bimestre se han iniciado 495 carpetas de investigación por el delito de narcomenudeo.

En los cuatro años en los que estuvo al frente de la seguridad del estado, Hernán Bermúdez Requena, sólo se iniciaron 211 indagatorias por el delito de narcomenudeo, pues posiblemente no quiso afectar ese negocio que controlaba la Barredora.

Fue en ese periodo que se crearon en Tabasco, los llamados “Puntos”, que eran los lugares de venta de droga y productos ilícitos.

 

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